La tendencia en mobiliario con cannage y las sillas de rejilla
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Toggle¿Sabes qué es el cannage? La tendencia en sillas de rejilla
En realidad, “cannage” no es más que la palabra en francés que designa el término “rejilla”. Se refiere a una técnica de trenzado de fibras vegetales (especialmente, ratán) de manera que formen un patrón reconocible, a modo de pequeños octógonos.
Esta temporada, los muebles de cannage y las sillas de rejilla están más de moda que nunca gracias a su apariencia cálida y natural, que combina perfectamente con los interiores que son tendencia. También seduce su ligereza y su capacidad de transpiración, pues resultan frescos cuando se trata de asientos, y evitan olores desagradables, en el caso de cómodas y alacenas como el aparador Bastian, de estilo Japandi. El mismo cuenta con dos puertas y está fabricado en bambú natural con frontales en rejilla de ratán.
Grandes diseñadores como Jaime Hayón están trabajando también con este material. En Astet Studio, por ejemplo, utilizan su silla de rejilla Frames para reconvertir un antiguo despacho de abogados en una casa acogedora y moderna.
El interés por las fibras vegetales, una de las razones que explican el auge del cannage y las sillas de rejilla
Pero ¿por qué se lleva tanto esta técnica? Como ocurre con prácticamente cualquier tendencia, la razón se esconde tras varios factores.
Para empezar, podríamos hablar del auge del estilo Tropical y del Exótico, que recuperan el paraíso perdido a través de la inclusión en interiores de grandes plantas de hojas verdes y de muebles de fibras vegetales y formas orgánicas. El interés por la decoración Eco-Friendly, es decir, respetuosa con el medio ambiente, tiene mucho que ver con este revival.
Cuando Estados como Reino Unido, Holanda y Francia establecieron sus colonias en Asia alrededor del siglo XIX, la facilidad de acceso a los muebles de fibras naturales como el ratán y lo conveniente de sus características -pues las sillas de rejilla, por ejemplo, no se pudrían ni se estropeaban bajo aquellos climas húmedos y cálidos– hicieron que se convirtieran rápidamente en sinónimo del antiguo estilo colonial.
Hoy, sus piezas experimentan una reinterpretación más ligera y de formas más sencillas, que es la que rescatamos como parte del estilo Exótico y Tropical. ¿Un ejemplo? La lámpara de techo Deya, fabricada en ratán natural, en la que el cannage aumenta de tamaño para dar un aspecto más contemporáneo al tradicional trenzado.
O el cabecero Nomad, de estilo Japandi, fabricado en bambú y rejilla de ratán natural y enmarcado por formas negras y redondeadas que lo convierten en una apuesta de lo más vigente.
La atracción por las piezas de culto justifica la vuelta del cannage y las sillas de rejilla
Otra de las razones que justifican el extendido uso actual del cannage es la “mirada retro” que desde hace unos años venimos aplicando a la decoración. En este caso, las sillas de rejilla más icónicas de finales del siglo XIX y del XX, como las fabricadas por Thonet, Marcel Breuer o Pierre Jeanneret, son un must en cualquier interior de moda que se precie, especialmente, si se le quiere dar al mismo un tono culto o elegante.
Esto, unido a la popularización de las réplicas a precios asequibles, ha provocado que el auge de las sillas de rejilla y los muebles de cannage sea imparable. ¿Un ejemplo? La silla de madera tapizada Balford, de estilo Racionalista, que recuerda a las diseñadas por Jeanneret para la ciudad india de Chandigarh. Sus sofisticadas formas están elaboradas en madera de abedul, con asiento tapizado en textil y respaldo en rejilla de ratán.
O la silla de madera Capitol, fabricada en madera de olmo con asiento y respaldo de rejilla de ratán, que bebe del diseño más clásico del maestro.
La interiorista Cora Lucaz, por ejemplo, la utiliza en esta oficina de Copenhague de aire absolutamente contemporáneo y elegante a la vez.
Cannage y sillas de rejilla, un clásico con sabor francés
La técnica de cannage para fabricar muebles y sillas de rejilla a partir de fibras naturales de ratán, bambú o enea, lleva utilizándose en prácticamente todo el mundo desde la Antigüedad. Primero, se utilizó para crear cestería, aunque, poco a poco, su manipulación fue evolucionando hasta servir para elaborar todo tipo de muebles.
No obstante, el cannage ha perdurado con su nombre francés porque en la década de 1660, cuando empezó a verse este estilo en su corte, Francia era la capital cultural de Europa, y también el lugar en el que todo el continente se fijaba a la hora de vestirse y decorar a la moda.
Gracias al comercio con Asia, de donde llegaba el ratán empleado para el cannage (y muchas veces, las propias sillas de rejilla completamente elaboradas) la técnica fue popularizándose en el país.
Pero quizá cuando más notoriedad alcanzó el patrón en cannage, usado, sobre todo, para sillas de rejilla, fue en el siglo 1700. Entonces, comenzó a ser muy empleada en los muebles de la corte francesa debido a su durabilidad, ligereza y su capacidad de evitar polvo e insectos, algo primordial en una época no demasiado higiénica.
La reina María Antonieta, por ejemplo, se arreglaba en el Palacio del Pequeño Trianón, en Versalles, sentada en una cómoda silla de rejilla diseñada por el famoso maestro Georges Jacob. Durante su gobierno, estuvo muy de moda el uso de la rejilla en muebles lujosos, alcanzando gran popularidad también en mobiliario para el exterior por considerarse un material limpio y de fácil mantenimiento.
Aunque con evidentes diferencias, aquel asiento real tenía formas parecidas a la silla de rejilla Trendy, con estructura de madera de abedul, respaldo en cannage, y acabados en natural o en pintura en polvo negra.
Las acogedoras formas que ‘abrazan’ de la silla de rejilla Ridley también podemos encontrarlas en la silla de madera Desmond, de estilo bistró, con respaldo de rejilla y reposabrazos en madera de haya curvada al vapor.
Y esto de “bistró” es importante, porque fue en estos establecimientos populares franceses cuando mayor popularidad alcanzaron las sillas de rejilla. Sucedió a partir de 1859, momento en el que el mencionado diseñador alemán Michael Thonet revolucionó la industria del mueble con su ‘Silla número 14’. Lo hizo utilizando, precisamente, un novísimo proceso de curvado de la madera mediante vapor de agua que podía ser llevado a cabo en masa por trabajadores no cualificados.
Combinó esta técnica con un sencillo asiento de caña, lo que contribuía a la extraordinaria ligereza del mueble. Aquello significaba que era menos costoso de producir y transportar, por lo que se democratizó con facilidad, llenando las cafeterías de toda Europa -¡y en Francia había muchísimas entonces!-. Llegaron a venderse unos 50 millones de unidades entre 1860 y 1930, y varios millones más se han vendido desde entonces hasta hoy.
Por esa razón, muchas de las sillas de rejilla que hoy están de moda se consideran “de estilo bistró”, como Chosen, fabricada en madera de olmo curvada al vapor con acabado en pintura en polvo negra y asiento en ratán natural trenzado y respaldo en rejilla.
El cannage y las sillas de rejilla han vuelto para quedarse
Tras una larga historia de idas y venidas, parece que hoy en día, la tendencia en muebles de cannage y sillas de rejilla está más que establecida. Aprovecha la sostenibilidad que proveen sus fibras vegetales, su transpirabilidad y, sobre todo, su belleza cálida y ligera para integrar sus piezas en casa.
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